viernes, 22 de octubre de 2010

Caza de ballenas

Hallazgos en playas europeas  

Según la organización WWF, cada dos minutos muere una ballena víctima de las redes de pescadores.
Los ejemplares, entre los cuales se encontraba una ballena piloto, un mesoplodon del pacífico y un delfín de flancos blancos, perecieron recientemente y sus cuerpos fueron encontrados por la organización en playas europeas. Algunos mostraban claras marcas de redes de pescar, otros murieron a consecuencia de heridas provocadas por la hélice de alguna embarcación. Los ejemplares fueron conservados en hielo y colocados en el centro de la capital alemana portando cada uno un certificado de defunción en el que se detallaba la causa de su muerte.

Los transéuntes que se encontraban en el lugar miraban la protesta con curiosidad y sorpresa, algunos gesticulaban con asco. La organización ecologista exhorta al gobierno alemán a asumir un papel de ofensiva durante la próxima conferencia de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que tendrá lugar en Anchorage, Alaska. Países que practican la caza de ballena bajo pretexto científico, como Japón, Islandia o Noruega, solicitarán una reanudación de la pesca comercial de los cetáceos, prohibida desde 1986. 

La cacería se ha duplicado

Millones de personas jamás han probado la carne de ballena y son felices.
Según la organización World Wide Fund for Nature (WWF), la caza de ballena, sobre todo de grandes ejemplares se ha duplicado durante los últimos años. Durante la temporada 2000 /2001 perecieron 1015 animales, frente a 1921 ejemplares muertos la pasada temporada 2005 /2006. Desde 1986 una moratoria promovida por dicha organización prohíbe la caza comercial de ballenas. Los países miembros de la CBI acordaron desde 1992 la protección de la población existente pero la prohibición de su caza entró en vigor cuatro años después. La única excepción en dicha moratoria es la caza con fines científicos y la que practican algunos pueblos en la región norte del hemisferio para quienes la ballena es un importante componente de su alimentación.

Si los países balleneros logran sus objetivos, la extinción de los colosos del mar está asegurada. Con motivo de la 58 Conferencia de la Comisión Ballenera Internacional, DW-WORLD conversó con un experto en ballenas.

El objetivo de las naciones balleneras, organizadas en torno a Noruega y Japón, es acabar con la moratoria comercial de la Comisión Ballenera Internacional (IWC), medida que entró en vigor en 1986 para salvar a la especie de la extinción. Contrariamente a Noruega -que ha capturado en los últimos veinte años 25.000 ejemplares-, Japón se ha sometido a la moratoria. Sin embargo, utilizando el vacío legal que ofrece la cláusula de caza de ballenas con "fines científicos", Tokio es uno de los principales exterminadores del cetáceo gigante. Sobre las pretensiones japonesas y sus motivos, y el tenebroso futuro que espera a las ballenas, DW-WORLD conversó con Volker Homes, experto en ballenas del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). 

Dispuestos a todo por un trozo de ballena

El bloque de los balleneros ha registrado un incremento sorprendente. Entre los tradicionales aliados de Japón se encuentran Noruega, Islandia, China, Corea y Rusia, que tienen intereses propios en la caza de cetáceos. Del grupo de 9 países que conformaban el ala de los balleneros en el 2000, se ha desarrollado un grupo de 21 países y se espera que este año lleguen a ser incluso 27.

Más sorprendente aún que el rápido incremento, resulta el nombre de los países que han pasado a engrosar las filas de los que claman la liberalización de la caza de ballenas. Costa de Marfil, Mauritania, Surinam y Tuvalu ingresaron a la CBI poco antes de que comenzara la reunión anual.
Ballena beluga.
Según acusaciones hechas por la organización Worldwide Fund for Nature (WWF) Japón ha comprado los votos de muchas naciones en vías de desarrollo mediante el pago de ayudas económicas y millonarios subsidios pesqueros. Entre las naciones que reciben apoyo económico japonés se encuentran Antigua y Barbados, Benin, Ghana, Mongolia, Nicaragua, Palau y las Islas Salomón.  
Sue Fischer, vocera del la Organización Internacional protectora de Delfines y Ballenas, WDCS por sus siglas en inglés, teme que si continúa la compra de apoyo por parte de Japón, no sólo se encuentra en peligro la mayoría dentro de la Comisión sino especialmente el futuro de las ballenas. Esto significaría un retroceso a los tiempos en los que se conocía a la Comisión Ballenera Internacional como el "club de los cazadores de ballenas". 

Falta la presencia de Europa

El peligro es inminente y se requiere de cada voto. El WWF critica la pasividad asumida por muchas de las  naciones europeas en lo que a la lucha activa de las ballenas se refiere. Aun cuando la Unión Europea defiende y fomenta la protección de las ballenas en el plano oficial, en Sorrento participan sólo 14 de los 25 estados miembro de la UE. Faltan Grecia, Luxemburgo y  todos los países del este europeo que acaban de ingresar en el conglomerado.

  Despiece de una ballena en un barco.
 
 
 
 
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