BALLENA AZUL. Estos animales marinos se encuentran en peligro de extinción debido a la caza indiscriminada que se ha sucedido en estos últimos 20 años.


El rorcual azul (nombre científico Balaenoptera musculus), más conocido como ballena azul (aunque realmente es un rorcual, pues la denominación «ballena» sólo se aplica a la familia Balaenidae), es una especie de cetáceo misticeto de la familia Balaenopteridae.
Es importante tener en cuenta que algunos rasgos característicos del comportamiento de estos animales marinos es sin duda el pasar unos 8 meses en aguas del antártico en donde encuentran una producción abundante de krill, su principal fuente de alimento, y generalmente, en épocas invernales, las ballenas suelen migrar a aguas más cálidas en donde tienen a sus crías.
Caracteristicas principales y rasgos propios de especie
-Es el animal más grande del planeta.
-Puede llegar a medir hasta 33 mt. de largo y pesar entre 80 y 190 toneladas.
-La hembra es un poco más grande que el macho.
-Se alimenta de Krill, una mezcla de diminutos peces y camarones, y estos se quedan en sus barbas, que son una especie de placas largas que tienen en sus bocas en lugar de dientes y que dejan pasar sólo a peces pequeños.
-Es de color azul oscuro, aunque su vientre suele ser más claro por las algas que se pegan en él.
-Consigue estar sumergida hasta 40 minutos sin respirar.
-Los llamados cantos de ballenas son unos gemidos que hacen para comunicarse, muy bajitos, pero que pueden llegar hasta 160 km. de distancia.
-El soplo vertical de agua que lanzan al aire puede alcanzar de 6 a 12 metros de altura.
-Habita en todos los océanos del mundo, aunque pasan unos 8 meses en aguas del Polo Sur y durante el invierno viajan a aguas cálidas donde nacen sus crías.
-La cría permanece junto a su madre un año, y mide 7 metros al nacer.
-Sus sentidos más importantes y que más utilizan son: el tacto, la vista y especialmente el oído.
-Puede vivir hasta 90 años, pero por la caza lo hace hasta unos 25 años.
-En 1966 la Comisión Ballena Internacional (CBI) prohibió su caza, aunque unos pocos países todavía no lo aceptan y las siguen cazando, a las pobrecitas.
La Ballena Azul








La Amazonia es el bosque primario más grande que queda en la Tierra. Contiene la mayor biodiversidad del planeta, con el 50% de todas las especies de animales terrestres y plantas, que dependen de ella para sobrevivir. 
Un grupo de expertos en radiación de Greenpeace ha comenzado hoy a realizar mediciones en zonas alrededor del área de evacuación que rodea la central nuclear accidentada de Fukushima/Daiichi con el objetivo de valorar el verdadero alcance de los riesgos que corre la población local debido a la radiación.
Las Naciones Unidas declaró el año 2011 como el Año Internacional de los Bosques. Celebramos este momento y aprovechamos este foco para denunciar la deforestación que sufren los bosques de todo el Planeta. Nuestras campañas en Indonesia, Amazonia y Congo trabajan a toda velocidad para tratar de frenar el ritmo de destrucción. Muchas personas y especies dependen de estos ecosistemas. Pero también son vitales para la lucha contra el calentamiento global, necesitamos a los bosques primarios para retener la mayor cantidad de carbono que le sea posible.
La primera vez que embarqué a bordo de uno de los barcos de Greenpeace fue en el Esperanza, en noviembre de 2004. En esa ocasión nos encontrábamos en el Atlántico Norte en la campaña contra la pesca de arrastre. Desde Greenpeace pedíamos a las Naciones Unidas que declarase una moratoria a la pesca de arrastre de profundidad en aguas internacionales. Finalmente, en 2006 Naciones Unidas adoptó la Resolución 61/105 para proteger estos frágiles ecosistemas, aunque es una resolución insuficiente y que no está siendo aplicada ni respetada en su totalidad. 
Maite Mompó, marinera de los barcos de Greenpeace, está ahora embarcada en el Rainbow Warrior. El buque insignia de Greenpeace se dirige hacia Japón para ayudar con la crisis nuclear de Fukushima. Os dejamos con su relato:
Cuando estábamos navegando entre Taiwan y China, de nuevo cambio de planes y, por tanto, de rumbo. Literalmente dimos media vuelta para acabar en un puerto al nordeste de Taiwan. Se estaba empezando a barajar que el buque insignia de Greenpeace se dirigiera a Japón, a Fukushima.Nos llevó un mes de espera el poder tomar una decisión tan difícil. Lo primero era estar seguros de que la situación era lo suficientemente estable como para poder acercarse y trabajar allí. No menos importante era ver cómo podíamos proteger al barco y a nosotros mismos de la radiación. Y, por último,qué trabajo podíamos hacer en concreto para poder ayudar al pueblo japonés a saber qué está sucediendo realmente ya que su gobierno ha estado contando verdades a medias desde el principio. Básicamente, nuestra misión será comprobar los niveles de radioactividad y su impacto en el medio marino.