martes, 3 de mayo de 2011

Trabajo ecologista en la selva amazonica

Amazonia

La deforestación y el cambio de uso de suelo sitúan a Brasil como cuarto país emisor de gases de efecto invernadero a nivel mundial (tras China, Estados Unidos e Indonesia).

La Amazonia es el bosque primario más grande que queda en la Tierra. Contiene la mayor biodiversidad del planeta, con el 50% de todas las especies de animales terrestres y plantas, que dependen de ella para sobrevivir. 

Aunque la mayor parte de la Selva Amazónica se encuentra dentro de las fronteras brasileñas, esta selva tropical primaria se extiende por países como Guayana, Venezuela, Colombia, Suriname, Guayana Francesa, Ecuador, Perú y Bolivia.

El bosque tropical más grande del mundo, la Selva Amazónica, tiene una superficie como la de Europa Occidental o la totalidad de EE.UU

Los científicos afirman que es el ecosistema con más biodiversidad de toda la Tierra, manteniendo alrededor de 60.000 especies de plantas, 1.000 especies de pájaros y más de 300 especies de mamíferos, entre ellos el jaguar. El bosque y su famoso río también mantienen la vida de más de 2.000 especies de peces de agua dulce y mamíferos acuáticos como el delfín rosa de agua dulce y la nutria gigante. Muchas áreas siguen siendo vírgenes por lo que un gran número de especies de plantas y animales son desconocidas todavía por la ciencia. 

Sólo en Brasil, la Selva Amazónica es también el hogar de 20 millones de personas, 200.000 personas de 180 comunidades indígenas diferentes. Estas comunidades dependen del bosque para vivir. La selva les proporciona de todo, desde comida y resguardo, a herramientas y medicinas; y también juega un papel crucial en su cultura y sistema de creencias religiosas. 

La selva es vital en la estabilidad del clima. Se estima que la Amazonia almacena entre 80.000 y 12.000 millones de toneladas de carbono. Si se destruyera se emitirían niveles de 50 veces la emisión anual de gases de efecto invernadero de Estados Unidos de una sola vez.

El trabajo de Greenpeace en la Amazonia brasileña
A pesar de su importancia, la deforestación en la Amazonia continua. En las últimas cuatro décadas, sólo en Brasil, la Amazonia ha perdido una quinta parte de su superficie, un área más grande que toda Francia. Si la tasa de deforestación sigue, la Amazonia desaparecerá dentro de 50 años (pendiente de revisar fuente). Entre los años 2000 y 2007, la Amazonia brasileña se ha deforestado a un ritmo medio de 19.368 km² al año y se han destruido un total de 154.312 km² de selva, una extensión más grande que Grecia. 

Las mayores amenazas son el comercio ilegal de la madera, la expansión de la frontera agrícola para cultivo de soja y la expansión ganadera para obtención de carne.

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